jueves, 19 de abril de 2007

You're the first, the last, my everything

Llevo todo el día pensando cómo contar la experiencia vivida. O, más bien cómo contarla, cómo excusarla. Primero he pensado en el recurso fácil del tiempo: ejke el sol me afecta las conexiones neuronales, ejke el impacto solar es un cambio demasiado brusco, y demás ejkes. Pero luego he decidido dejar el tema meteorológico para cuestiones de ascensores y encuentros casuales no deseados y centrarme en algún tipo de trastorno mental. “Calla que te cierran el blog”, me he dicho. Así que, finalmente, he optado por dejarlo ir así…como quien no quiere la cosa; con la cara esa que pones cuando te has tirado un pedo y no quieres que te descubran (ejemplo mundialmente archiconocido).

Hoy día 19 de abril, por motivo de ausencia de un profesor, nos hemos visto obligadas a tumbarnos en el césped de la universidad. Mira que yo no quería; “vamos a adelantar materia, vamos a repasar conceptos no fijados”, repetía. Demasiado tarde; ya me encontraba estirada junto hormigas, con un juego de la oca versión Telepizza (sí, eso existe. Aunque, lanzo duda sólo para expertos en rimas absurdas: ¿de moto en moto y tiro porque…?), y con una descomposición de bacterias sobaquiles importante. Después de tratar los temas de pedos vaginales (algo que casi siempre hablan todos los grupos de jóvenes estudiantes) y, de algo más común todavía, descubrir que tienes amigas que saben propiciarlos, pasamos de la posición horizontal a la posición reclinada de los asientos del bar, un centro muy cultural también.

Al entrar, sonaba la canción de Barry White. Cual estímulo-respuesta, me ha venido la asociación con la escena en que Bizcochito, de Ally McBeal, realiza su danza de pre-seducción delante del espejo. Y ese momento ha sido peligroso, porque he empezado a ladear la cadera de un lado a otro y a mover los brazos de aquí a allá. Como ya iba descompasada con la música, ha sido un fracaso. Pero a lo lejos había un hombre que no pensaba lo mismo; ese hombre era (pausa) el hombre del bar (dicho con eco) y su ayudante. El muy buen señor me ha incitado a seguir haciendo el ridículo con la propuesta de repetir la canción. Y a mí no me puedes dar la mano, porque te cojo el brazo y parte del sobaco. Así que, librándome de la carpeta y el bolso, me he colocado en posición de baile y el hombre ha sabido qué hacer a la perfección: le ha dado al play y, lo que es mejor, ha hecho sonar la música por todo el bar. Stop. Cuando digo el bar, no me refiero al “Bar Casa Paco”, no; sino que hago mención a una sala de dimensiones del parking del PRYCA (y todos sabemos cómo de llenos están los bares de las facultades: “es importante escaquearse”, ley 5 del decálogo del estudiante).


http://www.youtube.com/watch?v=wS1hwS9da98


Cuando veis este video, me veis a mí delante de los individuos presentes en el bar. Que lo más sorprendente de todo no es cómo alguien puede tener las narices de hacer el ridículo de tal forma, sino cómo este alguien puede luego seguir con su vida con normalidad, y no salir corriendo. No, nada de eso. Todo por la fama, todo por el público. Ahora entiendo yo a la Jurado cuando lloraba al ver aplaudir al público. ¡Si es que no se puede liberar más dopamina! El momento en que me he girado y he visto a todo el bar aplaudiendo he sentido que tenía que repetirlo más veces. Podría montar una gira, con mi autobús y todas esas cosas. Y luego me he dicho, anda y ves a contarlo al blog porque, si luego alguien te quiere pedir un autógrafo, lo va a tener más difícil con tanto guardaespaldas y periodistas aprovechados.

Esta chica debe ir al psicólogo. Sí, debe y va a ir. De hecho, hoy he visitado a uno (y no precisamente por el desencadenante de la mañana). Mi carta de presentación ha sido: “ansiedad (todavía no le he dicho que el test STAI marcó un percentil 97) (Lo digo con orgullo y honor), problemas metafísicos y existenciales (aquí ya me ha mirado raro), relaciones sentimentales pésimas, entre otras”. Todo esto leído a velocidad de la luz y con un grano subterráneo en la cara (concretamente la barbilla) que medio hablaba por mí. Lo hago para que se acostumbre, porque a mi los psicologímetros (rollo taxímetro) me ponen nerviosa; voy a tener que optimizar los minutos y aprender a hablar más rápido. La vida está muy cara.

Es curioso como se alarma la gente ante la idea de ir al psicólogo. Quiero ser mejor persona, sacar lo mejor de mí, exprimir cada rincón y desmenuzar mis partes malas. Encontrar un equilibrio, sanar mis relaciones, hablar conmigo misma. ¿Qué hay de malo en eso? Hay veces en los que no te sabes escuchar. O que te has escuchado tanto que te has perdido en tus palabras. Y ya no sabes qué creer. No sabes cómo reconducir tu vida. Y no esperas que otro venga y te hable como si de un oráculo se tratase. Pero si te hace falta que te limpien las gafas. Ves borroso pero no te puedes ayudar porque no eres capaz de ver el problema sin un espejo. Y ese espejo es el psicólogo, que no es más que uno mismo. ¿Vas a conformarte con lo que eres, o esperas mejorar cada día?

La moraleja del día es llevar siempre una sonrisa puesta. La vida puede ser como tú quieras dependiendo de las gafas que uses. Mírala con esperanza y ella te devolverá bailes de Barry White (mi discurso parece un poco sectario). Aprende a salir a la calle y párate a mirar el sol (no importa que otros te señalen y se escondan en un portal). Son las cosas pequeñas las que hacen tu estancia más grande. Cuando te estires en la hierba (a parte de saber que, probablemente, estás haciendo campana), analízalo todo. Atento a las hormigas. Decide cuál serías tú. ¿Seguirías la fila? ¿Te perderías entre los zapatos humanos? ¿Dejarías que seres mayores te pisaran? ¿Huirías con otra hormiguita para vivir una historia de amor? ¿Ayudarías a otras a cargar con su comida pesada? ¿Te detendrías a un lado, quejándote de lo duro que es ser hormiga? ¿Te perderías el cielo por sólo mirar el suelo (ya sé que la pobre anatomía de las hormigas y su nulo movimiento rotatorio de cuello es limitado pero…)?

Sabes qué pasó ayer (y si no lo sabes, debido a líquidos etílicos, tus amigos podrán recordártelo gustosamente). Pero nunca sabrás lo que pasará mañana. Y eso es lo bonito de vivir: cómo de imprevisible es todo.

6 comentarios:

JB dijo...

Jo, después de ese final no sé si comentar lo del baile, o simplemente gritar "¡Alabemos a la líder!"

Bueno sí, porque no puedo dejar pasar la historia que acabo de leer como si nada. Debo advertirte, aunque probablemente ya lo sepas, que tu blog no va a ser el único que relate tu actuación.

No, decenas de tus fans (antes conocidos como "gente que está en el bar") no habrán podido evitar la tentación de explicar en sus respectivos diarios el nacimiento de una nueva estrella. Ve con cuidao, que alguno puede que incluso registrase algún que otro documento audiovisual del evento.

Anónimo dijo...

No puedo pasar por alto el momento Barry White. No por nada, sino porque, de alguna forma, el hecho de leerlo ha conseguido que me sienta un poco menos solo. Y te advierto que últimamente me siento muy solo en medio de un montón de gente, como decían Amaral en aquella canción del Universo Sobre Mí (uys, con lo que pesa, no sé yo si me va a aplastar). Porque momentos como esos son los que a mí se me pasan por la cabeza y a veces acabo haciendo. Porque a veces pienso que la vida es tan absurda y carente de sentido que esos momentos surrealistas son los que de verdad merecen la pena.

Ciertamente, si fuera una hormiga acabaría quejándome de lo duro que es ser hormiga. Es inevitable. En mi último post afirmaba que no voy a cambiar el mundo, y tú me decías que había que intentarlo al menos. Y nunca dejaré de quejarme, de ver que hay cosas que no están bien, de desear que mi pequeños ideales de niño grande no se pierdan por el desagüe como muchas otras cosas que se fueron dejándome con la boca más abierta que la de una muñeca hinchable tras una despedida de soltero.

En fin, que sea como sea, te entiendo, percibo lo que quieres decir, lo que sientes. Y me gusta. Y quiero que lo sepas porque del mismo modo que yo no me siento tan raro también pretendo que tú no te sientas tan rara.

Un besazo. Y magistral el post, como siempre.

Anónimo dijo...

Jolines, yo es que contigo alucino, porque me has hecho pasar de la carcajada (has escrito puntazos muy buenos al principio, jajajaja, eso sí, otro día explica cómo propiciar los pedos vaginales, que a lo mejor siguiendo el procedimiento inverso, se puede saber cómo reprimirlos, jajajaja) a la autorreflexión con esas últimas ideas.

Por supuesto que ir al psicólogo no es algo que deba causar extrañeza ni catalogarte ante los demás como "sujeto con problemas". ¿Todavía se piensa así? Puf. Yo lo veo exactamente como lo has descrito tú, y de hecho, menos clínicas de estética y más psicólogos al alcance de cualquiera es lo que debería existir.

¡Hombre ya!

Bueno corazón, ¡a empezar con fuerza la semana!

Besitoooos.

Caos dijo...

Después de la sorpresa del baile de barry white (y las risas que me he echao con ello XD ), muy buena la moraleja, qué cierto es eso de "la vida puede ser como tú quieras", todo depende del cristal con que lo mires.
Todos debéríamos llevar una sonrisa puesta porque, además la alegría se contagia, como cuando vas en el metro y todo el mundo está a lo suyo, con una cara que parece que están de camino al infierno, entonces miras a alguien cantando por lo bajini, riéndose mientras lee o simplemente sonriendo y te alegra, te entran ganas de partirte en su cara y luego se te queda esa sonrisilla de medio lao y ya no puedes parar.
Pues eso, a ser felices.
Bss

Juliiiii dijo...

¡Sandrita! Que este post te lo había leído hace tiempo y no te había podido comentarte (vale, ahora va a sospechar y pensar que no sabía qué decirle sin que repitiese que cada vez la veo peor de lo suyo...).

Ya que ha pasado un tiempo prudencial, te puedo preguntar algo: ¿qué ha pasado después de esa escena del baile? ¿Te siguen aceptando en la facultad, o has pasado a ser un bicho raro?, jajajajaja.

Y ya en serio, me quedo con tu reflexión y ojalá se pudiera aplicar a todo el mundo: llevar la sonrisa puesta ;-)

¡¡¡Un besazo!!!

Anónimo dijo...

Missing U!!!!!!!!!!!!!!!!